Menos mal que no
Besos internacionales, amores bilingües, abrazos cosmopolitas... Tanto nos queremos que reinventamos el amor cada vez que nos vemos. Y lo más bonito es eso, que no lo definimos. Porque el amor no entra en ningún concepto, y sabemos más lo que no es qué lo que es.
Y menos mal que no es lo qué no queremos que sea.
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