Los brazos de mis dedos
A veces me dan ganas de acariciarte, con los brazos de mis dedos. Desde tu cuello hasta el codo de tu pie. La piel no será frontera para nuestras almas, que aunque no sé si sean gemelas, se complementan.
Hoy no seremos nadie, pero no sé que seremos. Lo bonito de querernos porque sí, es que más nadie lo entienda.
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