De tanto en tanto
Déjame despedirme de ti con un beso,
con un canto o un poema...
que viene siendo lo mismo.
Déjame despedirme diciéndote que,
no creo que valga la pena cambiar por cambiar,
y sí alguna vez cambie...
fue por nosotros.
Déjame despedirme explicando que,
soy un tacaño con mi tiempo,
y rompo mis seres...
cuando estoy contigo.
Hoy que nos despedimos,
digo que las amo a las dos,
tu presencia y tu ausencia.
Y ahora que sé qué no puedes quedarte,
voy a extrañarte,
de tanto en tanto.
está el ruido de cuando cerraste la puerta.
Y en mi nariz se mantiene el olor de tu ausencia,
esencia que perturba a mis sentimientos en huelga.
Que me enreda en los enredos que enredan a mi cabeza...
Nuestro cuento no empieza, cuando ya se termina,
pasé a ser de relleno después de ser protagonista.
Ya no le veo sentido, al pasar de los días,
y es por eso que dejo esta carta de despedida.
Ya ni recuerdo como poder estar contento,
y me la paso hablando solo porque sólo yo me entiendo.
Oculté sentimientos por el miedo a ser juzgado,
pero tanto ya pasó, que no sé como encontrarlos.
Si ahora todo lo que hago, lo asocio con el fracaso.
Doy tantos malos pasos que ya ni sé por donde ando.
Y como todo lo que hice no te hizo volver,
supe que amar es luchar y luchar no siempre es vencer.
Por eso soy el lobo al que las nubes le cubren la luna,
de todos mis miedos voy buscando la vacuna.
Haciendo en esta obra, el papel de un payaso,
que ofrece su sonrisa por la de otros tantos. (x2)
Y quién diría que con lágrimas se pueden formar lagunas,
me consta que la despedida, siempre es inoportuna.
Como luna sin planeta y como oasis sin desierto,
fuera de sitio está el loco de este pueblo.
Por eso darlo todo es el peor error de todos,
porque cuando te lo quitan no te lo devuelven.
Y es que esto te interesa tan poco,
que eres demasiado ignorante para comprenderme.
Mis días son tan iguales que no sé cual es cual,
Quizá soy de esas personas a las que no se debe tratar.
Y de tantas cosas que te di qué pudiste romper,
elegiste mi corazón sin pensarlo ni una vez.
Pero prometo quedarme ahora a cientos de metros,
y que lo que llegue a sentir se mantenga en secreto.
Ya sé que la tristeza es aprender a comprender,
que la soledad es consecuencia y amor el porque.
Por eso soy el lobo al que las nubes le cubren la luna,
de todos mis miedos voy buscando la vacuna.
Haciendo en esta obra, el papel de un payaso,
que ofrece su sonrisa por la de otros tantos.
Por eso soy el lobo al que las nubes le cubren la luna,
de todos mis miedos voy buscando la vacuna.
De ninguna fantasía, hoy soy partícipe,
condenado a ser sapo... quiero volver a ser príncipe.