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Recuerdo la vez en que le dije que a diferencia de los demás, yo podría darle eternidad. Ella preguntó cómo, pero ya era hora de entrar a clases y le dije que se lo explicaría luego. Claro, que eso fue una broma en ese entonces, pero luego me di cuenta que podría tomarse en serio, puesto que al pasar los meses me fui relacionando más con ella, y terminé empezando a enamorarme.

Pasaron unos 7 u 8 meses aproximadamente, y una vez en su casa, se lo expliqué. Le dije que podría escribir cientos de poemas por lo que ella me ha hecho sentir, libros y novelas inspiradas en lo que nos sucede, y ser éxitos totales. Revolucionar la literatura, creando un nuevo género, una nueva forma de narrar las cosas. Le decía que siento esto así, al pasar los años, el libro siendo tan bueno lo mandarían en las universidades y colegios a leer como tarea, novios se dedicarían frases de él, escribirían canciones inspiradas en él, y las parejas dirán «Yo quiero un amor como el de ellos» y un montón de cosas más.

Luego le expliqué, que en el futuro, todos los expertos e historiadores se fascinarán, y se preguntarán en como debió ser esa persona que me inspiró tales letras, y dirán «Él la amaba» y dirán «Ellos se amaban». Que estarán pensando y hablando de nosotros sin que lo sepamos, que estaremos en la historia. Le dije que esa sería la mejor forma de darle eternidad.

Y ahora, poco a poco intento cumplir eso, buscando el poema correcto, el momento de recuerdo indicado para escribir la metáfora perfecta. Ella creyó en mí, y sigue haciéndolo. Y yo también creo en ella.

Mientras creamos en nosotros, la eternidad estará dispuesta a acompañarnos.