El comienzo de la omnipresencia [segundo experimento]

De tantos desvelos, ese fue el más bonito... Porque no me importaba dormirme después, y me sentí vivo. Me sentí tan vivo que no quería irme a dormir, no necesitaba dormir... no necesitaba descansar. La vida estaba dónde estaba ella y no quería irme de allí.

Lo sorprendente del asunto, es qué al irme, aunque me sentía un poco mal, me recosté en mi cama... Y me di cuenta de qué, estabas en mi mente. Fue ese el comiendo de tu omnipresencia.

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