las fantásticas coincidencias al explicar por qué nos gustamos
El día que confesé a vox populi que me gustaba, me preguntaron cuáles eran mis intenciones con ella. Expliqué que quería que nuestra relación fuera un continuo avance. Conté que era la primera chica con la que toda mi familia se llevaba bien al primer momento de conocerla. Conté que todas las veces que nos habíamos encontrado había sido en una iglesia. Conté que me deja sin palabras. Conté que yo al ser poeta, al conocer tantas palabras, todas se desordenaban y se apenaban para salir porque no se sentían dignas de pronunciarse para halagarla a ella. Conté que me gustaba más que nunca y que con ella me sentía cómodo.
Cuando la llamaron para hablar ante mí lo que sentía, terminó diciendo prácticamente lo mismo.
Fue fantástico.
Fue el día cero.
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