música en la noche
Se me ocurre acariciarnos las voces al besarnos,
y componer la canción más bonita con tus cuerdas vocales.
Acariciarte la espalda como si tocara la guitarra
y besarte el cuello con la astucia con la que se toca blues en una armónica.
Rozarte las manos de jazz, decir que el frio se inventó para abrazarte… Y el cielo de estrellas para inventarte constelaciones.
Decirte también que todas ellas se reúnen porque confunden el brillo de tus ojos con el de una luna. Y que hasta tu sonrisa se confunde con una luna creciente. Ah, qué puedo decir de tu sonrisa, para mí es tu mejor curva.