A ti
No sé porque estás cosas tienen que doler tanto; y duelen más cuando me entero que te duelen también. O que te dolía también y lo supe muy tarde.
Read more...No sé porque estás cosas tienen que doler tanto; y duelen más cuando me entero que te duelen también. O que te dolía también y lo supe muy tarde.
Read more...Ahora que no tengo nada, me toca volver a buscarme una vida. La que me quedó no me agrada. No sé cómo empezar, tampoco que hacer ni que decir. No tengo porque mentir, esto no era lo que esperaba; aunque si esperaba algo, pero no esto.
Y heme aquí, con un amor que ya no es mío y tampoco tuyo. Un amor con el que ya no tengo nada que ver y que nadie quiere tomar. Vale más que me quedes lejos, a que estés cerca siempre… y seas rutina.
Perdí mi voz entre tus dientes. Tal vez no debimos besarnos tanto o pensarlo tanto; retiro lo primero. Bien lo decía Tolstói: «El conocerse demasiado o demasiado poco, constituye un estorbo para el acercamiento de dos personas». Tú me conociste más de lo que debías, y a la vez, hiciste que yo te desconociera a igual medida.
Y yo que quiero olvidarte para volverte a conocer. Y si lo logró, lo haría una y otra vez.
Yo la verdad me la paso pensando si el final estuvo bien o estuvo mal. Pensando en si debí decir que estarías bien o en nada más despedirme. Pensando en si estaríamos mejor después.
Todo lo que sé, es que duele. Y duele lo suficiente como para hacer que no quieras moverte. Lo suficiente para que no tengas nada más que soportarlo.
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Sólo el folk me hace pensar en cosas que nunca pensé que tendría que pensar tanto. Quién diría que lo mío iba a ser esto. Bueno, algún pedazo de cielo debe haber para mí.
Seguro hay quién quiera estas palabras. Seguro hay quién me quiera más que tú, o que me odie más que tú. Seguro hay quién ponga en duda todo lo que hago, o quién quiera que yo sea seguro siempre.
(Esto lo escribí para Pezespada, y por problemas de espacio no salió)
No te bajaré la luna—le dije—, más bien te llevaré hasta ella. Ella se maravilló por eso, y respondió diciendo que yo sería el astronauta de sus sueños. Me pareció increíble. Y más increíble fue, que al pasar del tiempo, el viaje tuviese que cancelarse; por razones que aún no entiendo (tal vez por estúpido o porque son estupideces). Y sí, me dejó en la luna, como quién dice. Me hizo astronauta, después de todo.
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