Si puedo superar un desamor, entonces soy invencible.
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No tengo internet, así que para mantenerme vivo internéticamente a ratos, uso esto. Pregúntame cualquier cosa, que yo responderé también cualquier cosa.
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Me encanta cuando estás triste,
más cuando peleas con tu novio,
porque así te das cuenta,
que elegiste mal.
Es evidente que su amor no era sencillo, decían los que les conocían. Puesto que él era ciego, y ella, sordomuda. Pero yo no lo veo así, aunque sí que es intrigante. Así que decidí un día invitarlos en una cita doble, pero qué va, no supe como hacerlo.
Su amor no es sencillo, me dije, no es sencillo de comprender. Eso sí, ellos deben ser la pareja más feliz del mundo, porque serán unos despreocupados de por vida, excepto el uno del otro. Serán felices porque nada va a interferir en su amor, porque no era sencillo.
Yo no escribo para gustarle a quién me lea...
Pero cuando regalo algo a un amigo para su novia, le funciona.
El problema soy yo.
Cierra los ojos y mira a través de los míos.
Iniciemos algo nuevo y demos lo viejo por perdido.
Haré mi corazón tuyo si no se te olvida que es mío,
y convertiré cada latido en palabra para engancharla a tu oído.
Prometeré bajarte la luna así sea imposible,
tu te lo creerás para seguirme el chiste.
Escribo para desahogarme lo mucho que te siento. Lo que te echo de menos, lo que te pienso... Para desahogarme todo lo que siento que tenga que ver contigo.
Y nunca termino.
Los caballeros sí tenemos memorias, pero no para contarlas. Aunque dicen que los peces sí no tienen memoria o, al menos pueden retener en su memoria sucesos de hasta cinco meses.
Me gustaría cambiar mis años de soledad en esos cinco meses. Sería un cambio para bien, un cambio para un muy buen bien.
Yo quisiera ser un pez. Pero no sé nadar.
Te habría dado hasta el mar, pero de igual manera tú y tus cigarrillos lo hubiesen contaminado. Así como paso con mi corazón, que lo usaste de cenicero y como a mis pulmones que acabaste con el humo.
Read more...Y vuelvo a enamorarme de quién no debo. Y vuelvo a tener esperanza. Y vuelvo a creer en Dios. Y vuelvo a pensar todas las mañanas en un mañana. Y vuelvo a apreciar los perfumes. Y vuelvo al cielo. Y vuelvo a ser yo.
A todo vuelvo cuando vuelves tú.
Yo también me siento como un perfume sin piel. También se me enfrían las manos cuando pienso en ti. Mi garganta también se seca cuando trato de mencionarte y también tengo el corazón por la mitad.
No eres la única triste. Somos dos.
Dime que trato hiciste con la Luna para que siempre me haga pensar en ti.
A ver si yo consigo ofrecerle algo mejor y dejé de hacerlo.
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